El día de los muertos es una fecha muy importante para los mexicanos, pues según sus creencias, las almas de sus ancestros y familiares regresan a visitarlos, aunque esta tradición es muy diferente a lo que se conoce como Halloween, donde todo es miedo y terror. Continúa leyendo para que sepas lo que sucedió en Durango: El Baile de Los Condenados.
Según los ancianos, en esta fecha se abre un portal, por lo cual hay que ser muy precavido y respetuoso, ya que suceden cosas que no somos capaces de entender. A continuación, te daremos a conocer una de las leyendas más oscuras de México.
De que habla este articulo:
Lo que sucedió en Durango: El Baile de Los Condenados
Hace varios años atrás, en Durango, vivía un reconocido músico y director de orquesta, quien se llamaba Don Arturo Lugo, quien tenía una gran fama, ya que había ganado varios concursos y era considerado uno de los mejores del mundo.
Los servicios de este famoso músico eran muy solicitados para animar las fiestas, a pesar de lo caro que cobraba por tocar, ya que era muy materialista. Por eso, solamente tocaba para la clase alta y nunca para los pobres. Es que él despreciaba a los pobres, aunque hicieran esfuerzos para pagar, él no tocaba en sus celebraciones: se sentía un hombre exclusivo.
Una cierta noche, llegó a casa de Don Arturo, un hombre extraño, bastante alto y muy bien vestido, que le solicitó en voz fuerte y profunda que tocara en un baile que estaba organizando para esa misma noche. El hombre le dio a Don Arturo mucho más de lo solía cobrar, pero a cambio, le pidió que tocara mejor que nunca. Don Arturo aceptó, el hombre le pagó y le dio su dirección.
Los preparativos
De inmediato, Arturo reunió a todos sus músicos y fueron a la dirección. Al entrar al salón principal, los músicos se dieron cuenta que se trataba de un baile de mucho lujo, con invitados muy bien vestidos y con mesas llenas de grandes banquetes y manjares.
A Don Arturo esto le encantó, pero le extrañó no reconocer a ningún invitado, ya que él conocía a todas las personas de alcurnia de Durango. De inmediato, pensó que podían ser forasteros y que llegaron a la ciudad para poder ir al baile.
Los músicos tocaron como nunca, se lucieron, Don Arturo se sentía muy feliz, los presentes no pararon de bailar y él obligó a su orquesta a tocar más y más, hasta que llegó el momento que Arturo vio que sus músicos no podían continuar.
De forma molesta, les dio un descanso y aprovechó para caminar entre los invitados y socializar. Extrañamente, todos de verlo con cara de felicidad y emoción lo miraban con odio y sus rostros tenían algo monstruoso. Él no entendía lo que sucedía, hasta que entre la gente, tropezó con una cara familiar.
Terrorífico reencuentro
Era su comadre, a quien tenía años que no veía. Ella se extrañó mucho al tenerlo al frente, y le dijo: “Compadre. ¿qué hace usted aquí? no me diga que ya nos hará compañía”, Don Arturo le comentó rápidamente lo que había sucedido sin sospechar nada malo, pero la comadre le respondió fríamente.
“Compadre, váyase lo más pronto que pueda, este lugar no es lo que usted cree. Yo morí hace 5 años y me fui al infierno, este es El Baile de Los Condenados y es un castigo, nos obligan a bailar y reír para luego recibir enormes e inimaginables tormentos, todo por nuestra vida llena de excesos”. Ella insistía… “váyase compadre, antes de que no pueda salir y la única música que escuche, sea el lamento de nosotros, los condenados”.
Al principio Don Arturo no le creyó, pero después se dio cuenta que muchos de sus conocidos muertos estaban allí. En el acto, se dirigió rápidamente a sus músicos para irse. Mientras se marchaban de aquel lugar, vio la cara burlona del hombre que lo había contratado y la piel se le erizó.
Además, observó que todos los invitados se retorcían producto de fuertes dolores y sus caras se habían transformado en rostros donde se veía un miedo atroz. De esta forma, salieron corriendo.
El declive
Ninguno de los músicos dijo nada, todos se dieron cuenta que algo andaba mal. Al llegar a la casa de Don Arturo, hacía falta un violín, el cual era muy costoso y se había quedado en el salón. Don Arturo les contestó que regresarían por él en la mañana. Esto los sorprendió, pues en otras ocasiones Don Arturo los hubiese obligado a ir a recogerlo de inmediato.
Desde luego, a la mañana siguiente, los músicos regresaron al salón para poder recuperar el instrumento valioso. Al llegar allí, se dieron cuenta que era una casa abandonada y en ruinas. De forma increíble, sobre una de las barras de adobe que rodeaba la casa, se encontraba el violín olvidado.
Después de esa noche, la orquesta de Don Arturo Lugo decayó hasta desintegrare. Este hombre murió años después en la miseria, pero antes de hacerlo, al final de su vida, contó su historia a varias personas, diciendo que él sabía que la próxima ocasión, él seria uno de los invitados. Esto fue lo que sucedió en Durango: El Baile de Los Condenados.
La Orquesta del diablo
En México es muy popular la historia de Arturo Lugo y su orquesta, quienes amenizaron un baile auspiciado por el diablo.