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A continuación te contaremos una de las leyendas más oscuras de muchos lugares mexicanos: La Cucha con Zapatillas. Según los ancianos, en la fecha del Día de Muertos, se abre un portal al más allá, por lo cual hay que ser muy precavido y respetuoso, ya que suceden cosas que no somos capaces de entender. Esta tradición es muy diferente a Halloween, donde todo es miedo y terror.

La Cucha con Zapatillas

Hace unos años, un chico de la Ciudad de México, junto a varios de sus compañeros de escuela, fueron invitados en sus vacaciones por uno de sus amigos a conocer su pueblo, el cual se encontraba en la Costa Azul de Guerrero. Los chicos aceptaron, ya sabían que el alojamiento y la comida eran gratis.

Al llegar al pueblo, se dieron cuenta que era muy pequeño y solamente tenía una sola calle, no tenía ningún atractivo turístico, ni siquiera cabañas. Nadie lo visitaba y era por eso que el lugar era un paraíso sin descubrir. A los chicos les contaron que lo más bonito del lugar, era una playa que estaba al lado de una enorme laguna.

Escalofriante cucha de Guerrero
A los transeúntes se les aparecía un enorme puerco, sin cabeza, degollado y vestido con zapatillas rojas.

Los chicos se hospedaron en la única casa construida con ladrillos, ya que los otros hogares eran de adobe y palma. En el pueblo se comía solo pescado, bastaba con ir a la laguna y sacarlos. El joven y sus compañeros estaban felices y divertidos.

El tiempo de vacaciones pasó muy rápido. Casi siempre se lo pasaban en la playa. Para llegar a ella, había 2 rutas: una era con una lancha y rodear la laguna y la otra era rodearla todos los días a pie. Ellos tomaban la lancha y el último día, decidieron quedarse hasta que oscureció. El retorno al pueblo lo hicieron caminando.

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Un buen susto

El camino era largo y sólo estaba iluminado por la luna llena. Los jóvenes comenzaron a oír extraños ruidos, pero el chico que era lugareño no se sorprendió. Mientras caminaban le pidieron al chico del lugar que contara una historia de miedo, él no quería hacerlo, pues se creía que contar historias de miedo en aquel lugar era llamar a la maldad. Pero, fue tal la insistencia, que él comenzó a contar un relato y aseguró que era real.

Decía que en esa zona, la gente no caminaba de noche porque se les podía aparecer un enorme puerco, sin cabeza, degollado y vestido con zapatillas rojas de dama, con collares y moños. Aunque no tenía rostro, agredía diciendo groserías, insultado, diciendo cosas tan ofensivas y horribles que nadie nunca había escuchado antes.

Además, este ser aparecía en la autopista y en las carreteras saliendo de la nada, provocando accidentes, en su mayoría mortales. Era algo que nadie quería encontrar. A este ser se le conocía como La Cucha con Zapatillas. En esa zona, se les llamaba cucha a los cerdos.

Después de escuchar la historia, a todos los chicos les pareció ridículo, carente de espanto. Pensaron que era una historia muy pueblerina, por lo que todos se burlaron, ya que no tenía nada que ver con zombis o casos paranormales, vampiros o asesinos en serie.

La terrible escena

El joven lugareño se enojó y comenzó a caminar más rápido. El chico invitado se quedó caminado, rezagado con otro del grupo, ya que venían riéndose de la historia y cuando se dieron cuenta dejaron de ver a los demás.

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Al quedarse totalmente solos e iluminados por la luna llena, notaron que las plantas, los matorrales, los árboles parecían vivos, consientes y amenazantes. Estaban asustados, sentían que alguien los observaba.

De pronto, escucharon un ruido y cuando se dieron cuenta, vieron un enorme cerdo sin cabeza escurriendo sangre por el cuello, pero aun así, estaba de pie moviéndose y gritando groserías, con una enorme voz que salía de la supuesta cabeza, ya degollada maldiciendo.

Los chicos al verse asustados, comenzaron a correr hasta que alcanzaron al grupo. Les contaron lo que habían visto, pero nadie les creyó, excepto el chico del lugar, que les pidió a todos que no se separaran y que caminaran más rápido.

Al fin llegaron al pueblo, el chico lugareño los llevó con sus padres y les contaron lo ocurrido. Los padres los curaron del espanto, pero el chico no pudo dormir aquella noche y al día siguiente, se fueron escuchando todavía lo que el enorme animal les decía. Actualmente, ya es un hombre mayor y todavía cuenta que todo esto le sucedió en verdad y que nunca lo olvidará. Fue su encuentro con La Cucha con Zapatillas.

Hechos reales historias impactantes

En los Archivos del Miedo puedes ver el video de La Cucha con Zapatillas que aparece en Guerrero, México.

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